Conocimos Saladmaster en una comida organizada en casa de una amiga. La posibilidad de cocinar sin agua y sin aceite nos gustó, aunque encontramos el precio demasiado elevado y nos dio la impresión de que resultaría complicado habituarse a utilizar estas ollas, pues la manera de cocinar parecía bastante distinta.
No fue hasta el cabo de varios meses que organizamos una cena y nos dimos cuenta de que la forma de cocinar era más sencilla de lo que en un principio nos había parecido. No obstante, el precio seguía pareciéndonos excesivo, así que optamos por adquirir únicamente dos utensilios: la sartén eléctrica y la olla de 2,8 litros.
Cuatro meses después, la verdad es que estamos encantados. Las verduras conservan todo su sabor original tras cocinarlas, de modo que muchas veces ni siquiera añadimos sal. El pescado queda siempre jugoso, al igual que las carnes estofadas. Las lasagnas, bizcochos y otras recetas que habitualmente se hacen en el horno y que, aunque nos encantan, no hacíamos casi nunca por no derrochar energía, ahora las hacemos con frecuencia, y, además, quedan mejor, ya que no se secan.
Tras haber probado nuestras ollas durante cuatro meses y habernos dado cuenta de que las otras ya no las usamos y que, además, dos son insuficientes para hacer todo lo que nos apetece, hemos decidido adquirir el set selecto.
Queremos agradecer al equipo de Saladmaster de Valencia el haber traído este producto a nuestra ciudad y habérnoslo presentado.
Un sábado, unos amigos nos invitaron a comer a su casa a una comida de “Salud y nutrición”, yo sospechaba que nos iban a enseñar algo saludable, pero caro, así que estaba decidido a no comprar nada.
Al principio no mostraba mucho interés, pero cuando empecé a ver lo rápido y sencillo que era preparar los alimentos, la potencia del fuego a la que se cocinaba, quedé alucinado; pensé que con todos los años que me quedaban de cocinar y con el ahorro en energía esto se pagaba sólo.
El sabor de los alimentos me impactó, cada alimento sabe a lo que tiene que saber, y no se mezclan los sabores!
Y al darnos cuenta de que estábamos contaminando nuestra comida con metales y plásticos decidimos comprar un set esencial.
Es la mejor compra que hemos realizado, todos los días lo utilizamos, y como no necesitamos añadir grasas para cocinar, he bajado un montón de peso (en el primer mes y medio, 10Kg)
Además hemos ganado un armario extra en casa, porque ya no hemos vuelto a gastar el horno... En la eléctrica hacemos pizzas, pollo asado, lasaña, etc.
Cocinar con Saladmaster es una gozada!
Me llamo Juana Mari, tengo 60 años y soy cliente de Saladmaster desde hace aproximadamente dos años.
Lo conocí por casualidad, como pasan tantas cosas en la vida, en una cena donde éramos muchos, un amigo nos habló de ello y nos dijo que cambiaría nuestra vida y yo no sé muy bien por qué pero algo me decía que tenía que conocerlo más. Le dijimos que viniera a casa y nos hiciera una demostración y explicación sobre este sistema de cocinar los alimentos.
Al acabar la cena, no tenía ninguna duda. ”Tenía que tirar todos mis cacharros de cocina y comenzar a cocinar en estos otros”. ¡Lamenté tanto no haberlos conocido muchos años antes, cuando yo tenía a mi cargo una gran familia y en casa comíamos a diario 7 u 8 personas fijas, más alguna que se añadía!
Yo siempre traté de alimentar bien a mi familia, me parecía una gran responsabilidad pues tuve muy claro desde siempre, que lo que comemos condiciona por completo nuestra vida, pero desconocía muchas cosas que descubrí aquella noche. Se me cayeron al suelo las vendas de tantas cosas que nos han hecho creer a lo largo del tiempo...
¡Quién no ha experimentado las maravillas del Teflón! Con él no se pegaba nada, ni la carne, ni las tortillas (yo estaba alucinada con las satenes de teflón), o el vidrio que se podía meter en el horno y en el microondas, o el hierro en fin, tantas cosas... que me demostraron palpablemente que son nefastas para la salud.
Cuando empecé a cocinar con la batería de Saladmaster, lo primero que noté fue que los alimentos tenían un sabor auténtico por sí mismos. Recuperé aromas y sabores de mi infancia, pues yo fui una chica de campo, me crié en medio de una huerta y era fantástico recoger las hortalizas y las frutas directamente y consumirlas. Esto hacía años que no lo experimentaba. Con Saladmaster los alimentos saben a lo que son y no a lo que es necesario añadir para que tengan el sabor que por otra parte pierden al cocinarlos con otras baterías. (Yo me gastaba mucho dinero en alimentos y descubrí que gran parte se iba a la basura).
Yo era más bien lo que podríamos llamar “rellenito” y toda la vida me la había pasado haciendo “dietas” que lo único que me provocaban era mal humor ya que tenía que pasar hambre y no podía comer las cosas que me gustaban, recuperando el peso de nuevo al poco tiempo de abandonarlas. Además tenía tensión alta, triglicéridos y algo de colesterol.
Bueno, pues desde que comemos con Saladmaster, sin hacer absolutamente nada, he rebajado 10kg. de peso, tengo la tensión normalizada y los triglicéridos y el colesterol han desaparecido. ¡Es la verdad!
Sólo con esto ya es suficiente para mí, pero sentirme feliz, comiendo lo que quiero y sin necesidad de pasar hambre, eso ya es fantástico.
Mi mujer tenía problemas de estreñimiento y os tengo que decir que también se le han resuelto.
El modo de cocinar en mi casa ha cambiado por completo:
Para acabar, creo que todo lo que hagamos por nuestra salud, siempre será poco. Nuestro cuerpo y nuestra mente nos lo van a agradecer.
NUNCA HICE UNA INVERSIÓN MÁS RENTABLE Y OS DIGO QUE SÍ CAMBIÓ MI VIDA.
Las verduras conservan todo su sabor original tras cocinarlas, de modo que muchas veces ni siquiera añadimos sal.
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